



Museo de la Exploración R.A. Philippi


Folleto de Museos de Valdivia y Frutillar


¡Sláinte!
MEDIDAS: 1175 (Ancho) x 364-365 (Alto)
He encontrado y conocido mucha gente en los últimos días. Una conversación puede ser un interesante juego de ajedrez. Una lengua con buenas intenciones puede ser una verdadera rareza en estos días.
A veces hablamos, hablamos tanto. A veces hablamos, hablamos realmente demasiado. Tanto, que olvidamos porque empezamos a hablar en un principio.
En una tierra de piratas me preocuparía mas lo que sale de tu boca que de lo que entra, así que inunda tu cubierta con modismos adecuados para la realeza. Estoy seguro que tus barcos se hunden con el peso de tantas silabas.
La energía, por naturaleza engendra perspectivas iguales. Divergentes en la superficie -conectadas en el fondo.
Y en que estado nos encontramos cuando no podemos perdonar a nadie por los mismos errores que nosotros hemos cometido un millón de veces antes. Hemos empezado a colocar la culpa en la lengua de otros.
Hemos empezado a colocar la sabiduría con la vanidad y a exigir a otros que rindan cuentas por la forma de nuestros propios pies.
Hay una batalla en una callejón, hermanos peleando por algo que no esta ahí. Estos hijos de la misma sangre estarán tristes al descubrir que solo la guerra es la vencedora.
Seguimos pelando por posiciones en una carrera humana que nunca comenzó, donde la partida y la meta están hechas de aire delgado y fino.
Mi mapa me guía hacia el desierto de Gobi. Emprenderé la travesía en la mañana.
Puedo ver sombras en la nieve. Estoy empezando a ser perseguido por voces. Hay mas en este lugar de lo que puedo ver, así que continuaré oyendo.
Había un pájaro, quien con la ausencia de palabras emprendió el vuelo hacia el fin del mar y a la ultima frontera de la Tierra. Se posó en la esquina del mundo y construyo tres nidos. Uno de oro, uno de plata y uno de greda. Tomo un respiro, y exhaló. Suspiró y luego gritó...
¡Hay mucho aun que tendré que soportar! Otra vez, hay un fuerte viento frió en el aire.
En el nido de oro, ella limpiaba su abrigo diariamente. En el nido de plata, ella traía su comida para almacenar y consumir. En el nido de greda puso sus huevos y finalmente eclosionaron, y ella esperó y esperó y esperó...
En el día que el fuego vino, los nidos de oro y plata se fundieron en un brillante rió que corrió al mar, mientras que el nido de greda resistió el calor.
Amen.
El nido de greda fue forjado para toda la eternidad en la esquina del mundo mientras que ahora, el fondo del océano estaba cubierto de oro, plata y arena.
Así que construye una casa de greda y nunca jamás, jamás nunca subestimes lo que los muertos pueden hacer por los vivos. Si oyes con atención, podrás oír la armonía de todo hombre y mujer que ha muerto.
Mas vale que creas que es una canción para los vivos.
Hay una gran tarea por delante. Hay copos de nieve en tus ojos, otra vez. Con un viento tan frió en el aire, ¿puedes decirme donde posaremos nuestras cabezas para dormir esta noche?
Solo dormir.
Viajaré en tren, y luego levantaré vuelo. Pretendo aterrizar en Jerusalén, y viajar en caravana hasta la India.
Estoy perdido en algún lugar del Mar de Noruega, rogando para que pronto encuentre el Atlántico norte. Encontrare mi camino a tierra firme.
Había un hombre, rico en el mundo. Él dijo “He ahorrado mi dinero, así que ahora compraré cualquier cosa que podría necesitar, de modo que después no me faltara nada.” Sus intenciones parecían acertadas. Esa misma noche murió.
Hay una sequía en el interior de la mente humana, y cerca del final, la cabeza se expande con luz incandescente que rebalsa los hoyos, dentro del corazón humano, y una vez que el corazón esta lleno, este explota y nos ofrece nueva vida.
Un cuerpo no es un hogar, el libre albedrío no es un arte. El viento puede ayudar a una vela o rasgarla. Muéstrame una piedra angular, y será esta la piedra que otros desecharan y consideraran inapropiada, como si no fuese parte de la Tierra.
La experiencia humana puede ser una falsa guía a la verdadera naturaleza de las cosas. Ensombrece nuestra visión humanista.
Partiré al suroeste por el Atlántico y viajare a través del estrecho de la isla Belle. Tengo planeado buscar un camino bajando por el río St. Lawrence.
Las noches están empezando a volverse cada vez más frías. Encuentro mi mente divagando durante el día, para finalmente aterrizar al caer la noche.
Me estoy volviendo cada vez más alerta en este ciento y algo día de aire salado. El invierno se asoma en el cielo para derrotar por un momento, mi altanera sonrisa.
En la marea baja he llorado solo, mientras este gran charco me recuerda el hogar mas que cualquier otro lugar en el que he estado. Mi vida, definida por el viento.
En que estado me encuentro.
El invierno es una época para la reflexión, y con un nuevo año que se acerca, puedo sentir patrones en el viento.
En los últimos días he descubierto similitudes entre todos los sistemas vivos, la naturaleza y la vida humana.
Este es el planeta que se balancea suavemente donde la vista perfecta puede no ofrecer el punto de vista correcto, un lugar donde los ángulos rectos pueden no producir la geometría correcta.
Por mucho, un ojo con discernimiento es mejor que una mente critica.
Somos silenciosos como las aves con mentes que se balancean suavemente. Y alas que están hechas de humildad.
Somos silenciosos como las aves, con secretos como las mariposas, y solo podemos volar si usamos nuestras alas.
Los puentes son construidos para llevarnos desde donde estamos hacia donde vamos. A fin de construirlos de un modo decente tenemos que creer en donde estamos, de donde venimos, y a donde vamos.
Por mucho, un corazón humilde le gana a un estomago lleno.
Nuestras vidas son puentes, todos construimos puentes.
¿Cuan grande es un arcoiris? ¿Cuan grande es una sonrisa? ¿Y me puedes decir cual pesa mas? ¿Tienes miedo de lo que esta en tu cabeza, o del mundo fuera de ella?
Todos podemos volar, si tan solo creemos en ello.
Me iré hacia las frías tierra de Europa del norte y Escandinavia.