Enero 19, Quebéc, Canadá

Puedo ver sombras en la nieve. Estoy empezando a ser perseguido por voces. Hay mas en este lugar de lo que puedo ver, así que continuaré oyendo.

Había un pájaro, quien con la ausencia de palabras emprendió el vuelo hacia el fin del mar y a la ultima frontera de la Tierra. Se posó en la esquina del mundo y construyo tres nidos. Uno de oro, uno de plata y uno de greda. Tomo un respiro, y exhaló. Suspiró y luego gritó...

¡Hay mucho aun que tendré que soportar! Otra vez, hay un fuerte viento frió en el aire.

En el nido de oro, ella limpiaba su abrigo diariamente. En el nido de plata, ella traía su comida para almacenar y consumir. En el nido de greda puso sus huevos y finalmente eclosionaron, y ella esperó y esperó y esperó...

En el día que el fuego vino, los nidos de oro y plata se fundieron en un brillante rió que corrió al mar, mientras que el nido de greda resistió el calor.

Amen.

El nido de greda fue forjado para toda la eternidad en la esquina del mundo mientras que ahora, el fondo del océano estaba cubierto de oro, plata y arena.

Así que construye una casa de greda y nunca jamás, jamás nunca subestimes lo que los muertos pueden hacer por los vivos. Si oyes con atención, podrás oír la armonía de todo hombre y mujer que ha muerto.

Mas vale que creas que es una canción para los vivos.

Hay una gran tarea por delante. Hay copos de nieve en tus ojos, otra vez. Con un viento tan frió en el aire, ¿puedes decirme donde posaremos nuestras cabezas para dormir esta noche?

Solo dormir.

Viajaré en tren, y luego levantaré vuelo. Pretendo aterrizar en Jerusalén, y viajar en caravana hasta la India.