Diciembre 22, Reykjavik, Islandia

Estoy perdido en algún lugar del Mar de Noruega, rogando para que pronto encuentre el Atlántico norte. Encontrare mi camino a tierra firme.

Había un hombre, rico en el mundo. Él dijo “He ahorrado mi dinero, así que ahora compraré cualquier cosa que podría necesitar, de modo que después no me faltara nada.” Sus intenciones parecían acertadas. Esa misma noche murió.

Hay una sequía en el interior de la mente humana, y cerca del final, la cabeza se expande con luz incandescente que rebalsa los hoyos, dentro del corazón humano, y una vez que el corazón esta lleno, este explota y nos ofrece nueva vida.

Un cuerpo no es un hogar, el libre albedrío no es un arte. El viento puede ayudar a una vela o rasgarla. Muéstrame una piedra angular, y será esta la piedra que otros desecharan y consideraran inapropiada, como si no fuese parte de la Tierra.

La experiencia humana puede ser una falsa guía a la verdadera naturaleza de las cosas. Ensombrece nuestra visión humanista.

Partiré al suroeste por el Atlántico y viajare a través del estrecho de la isla Belle. Tengo planeado buscar un camino bajando por el río St. Lawrence.