En cuanto la cerveza fluye y la tos se calma...

Volviendo de un excelente fin de semana con los gracioso personajes que animan la Universidad día a día, me encuentro nuevamente en esta silla, escribiendo de nuevo. No es malo, es útil, pero no necesariamente bueno. La tos me esta matando, pero afortunadamente la fiebre bajo por un rato dándome oportunidad para poder sentarme y escribir. Hagamos eso entonces, dijeme yo a myself mismo.

Es bueno entender muchas cosas sobre el humano y uno mismo en relaciona los otros. Particularmente cuando uno ve su vida compartida con 11 personas en un departamento, o con cuatro en un departamento, o con cientos en una Universidad. Uno descubre mucho de uno y de los demás y finalmente, en mi caso particular, se vislumbra como es eso de “conocer a otra persona a través de pasar tiempo con el / ella”. Pamplinas, pensaba yo. Pero soy humano, y como tal me equivoico una y otra vez.

Pero más particularmente curioso que eso es conocerse a uno mismo, ver donde uno puede llegar a estar con el mero hecho de tener paciencia y ser perseverante. Ambas acciones son en esencia contradictorias en mi ser, pero compatibles.

La paciencia creo yo que proviene del hecho de finalmente encontrar personas como uno en el mundo, con ideas, maneras de pensar, maneras de ser, ambiciones, metas e intereses similares o aproximados a los propios. Aprender eso, entenderlo e integrarlo es parte de desarrollar paciencia y no alterarse innecesariamente. A medida que uno se conoce mejor y uno sabe con mas certeza que es lo que uno es y lo que uno quiere, menos molestas e irritantes resultan las cosas a nuestro alrededor, y por consiguiente, somos menos irritantes y molestos para los demás.

La perseverancia de la que hablo, no debe ser entendida como la búsqueda incansable de un fin, sino de mantenerse fiel a lo que uno es en situaciones en las que uno puede ver comprometida su propia identidad e intereses para doblegarse o dar pie a que alguien pase a llevar, intencional o intencionalmente, nuestras personas. Se entiende, y si no se entiende, busquen sinónimos.

Finalmente, creo que lo único de lo que me puedo quejar directamente de este fin de semana fue que se me quemó el arroz (Literalmente, imberbes mal-pensados, tarupidos), empeoro mi condición actual de salud y, para variar, el día más bonito fue justamente el día en que nos fuimos.

Gracias Chuck, Javi, Chancho, Diego, Seba, Lolo, Oswaldo, Ailiñ, Gabo y Hachi.

¡Sláinte!

1 Comentario(s)!:

María Paz Ureta hat gesagt…

Bien, hace harto rato que no entraba a este lugar para escribirte, pero creo que hoy es el cuando.

Qué bueno que el paseillo te haya servido para algo más que reir, conversar y resfriarte. Es interesante, como tú bien has dicho, darse cuenta de tantas cosas en lugares en los que uno cree que encontrará algo diametralmente distinto.

Bien, al fin afloró tu paciencia. Claro, no a nuestros ojos, porque sigues siendo un tipo muy desagradable (JA JA). Pero tú te diste cuenta en algún grado de que puedes convivir con algo más que tu propio orgullo. Y eso se notó, o al menos yo lo noté.

Ahora, lo de la perseverancia lo entendí a medias. Sé a lo que te refieres. Pero si es tal como lo describes, no ha de llamarse perseverancia, sino convicción, de que lo que tú hace, crees o piensas es lo que para tí vale. Lo que debes mantener en pie. Ahora, no comprendo realmente a lo que apuntas, a qué caso en particular. Pero allá tú si me lo quieres decir.

Bien, creo que fue un buen fin de semana, hablando particularmente de mi convivencia contigo. Te sirvió para que alguien cuidara de tu resfrío. Y a mí para aclarar un par de cosas. Pero tomando tu palabra de aquel día cuando me dijiste que no te pidiera que pensaras pues dolía tu gullivera, entonces sí (al menos a mi) me quedan cosas por conversar. Pero no ahora, ni mañana. Falta para eso. Yo diré cuando y me reponderás con el corazón.

Saludos, cuidate y nos vemos mañana.

P.S.:Si finalmente me dejas plantada con el favor que te pedí, puedes despedirte de la Maripa.