Demoh'le de nueo, mieshica!

Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que escribí mas o menos digno de ser catalogado como un monólogo (Esto según la concepción que generalmente se le da a un monologo aquí en este dizque Blog). He estado profundamente metido en cosas que, según los ojos del grueso del mundo, son mediatamente más importantes de las “otras” cosas que me interesan y consumen mi tiempo. Y lo mejor de todo es que yo soy de la misma opinión. He descubierto que con un ínfimo esfuerzo, uno puede tener notas relativamente buenas y aun encontrar momentos para el carrete y el ocio. Pero es en este ultimo punto donde he encontrado oposición.

No obstante, es interesante recordar y menester declarar que esta oposición y limite ha sido creados, alimentados y mantenidos a sangre y fuego en su lugar por su servidor aquí presente. Ilógico. Eficiente.

Pero todo debe terminar a in de que tenga sentido alguno. Y tal como ya terminaron muchas cosas, también han llegado a su fin las solemnes. Ahora, según el famoso comercial ese, a “hacer nada”.

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Y un c*r*j* que me voy a sentar a engordar y no hacer nada en todo este glorioso intervalo de tiempo que se me ha concedido con el fin de utilizarlo en cosas más provechosas que el carrete, la jarana, la televisión y el Internet sin sentido, el ocio, el silencio y la ultima estupidez de perder el tiempo en comunidad con otros que no tienen mejores ideas de un panorama post-estudio que contar las pelusas que extraigan de sus oh, grandiosos ombligos y, en el caso deque exista el tiempo suficiente, analizar comparar su consistencia, color, etc.

Como ay dije en otro momento en otro lugar, ha llegado el momento de ponerse a trabajar. En esas “otras” cosas. Es tiempo de dar rienda suelta a mis ideales y dejar que todo fluya o suene según sea el caso. Y es esto lo que me ha llevado a este primer intento de bitácora post-académica de las actividades que llevare a cabo en lo que media de hoy, día miércoles 23 (... veintitrés...) de mayo a dos semanas o más, o hasta que a los profesores de la Universidad se les ocurra la brillante idea de interrumpir este periodo de descanso con otra prueba y/o trabajo.

Pero concentrándonos en lo que es pertinente n este instante, quisiera compartir un par de ideas que han cruzado mi mente en lo que corre del ultimo mes, y tal vez mas, si es que es cierto que yo no me he estado escuchando con meritoria atención y he concentrado mi cerebro a procesar información de otra especie. En fin.

Desde un par de semanas, me he dado cuenta de un gran cambio en mi, pero no un cambio que podría detonar un cisma total entre él yo de hace dos semanas y el que seré en unos minutos mas, sino más bien un cambio de percepción de lo que me rodea. Y no, no he estado metiendome nada.

Siento que las personas están mas lejos de mí, o que yo estoy mas lejos de ellas. Me siento muy desprendido de lo que la masa hace, lo que el grupo efectúa, lo que las personas dicen, piensan, opinan y consideran. Me siento profundamente solo y marginado, pero en un sentido no del todo negativo, o mejor dicho, no malo “per se”.

Finalmente pude afianzar en gran medida mi creencia de que las cosas que valen la pena en este mundo son difíciles de conseguir y más aun, de mantener como parte del patrimonio de uno. Las cosas, los fines y los medios son esquivos y muy poco claros en esta edad (o al menos así es en mi caso), pero percibo en mi un optimismo muy fuerte que me ha ayudado a aclarar mi camino (Aunque el día de mañana me dé media vuelta en enfado y reprobación personal) y a afinar mis propuestas personales y grupales, externas e internas.

Todo partiendo por el tema de las notas y mi exponencialmente acrecentado promedio y esfuerzo académico, pero dado que acabamos de salir de la época oficial de solemnes, creo que no es un buen tema o más bien un ejemplo del que alguien podría servirse para algo, lo que sea, así que prefiero irme por cosas mas inmediatas y “simples” de explicar, aun si los que lo entienden son solo algunos (You don’t get it, you bail...).

Como dije, me he sentido profundamente lejano de las personas a las que quiero, incluso de mí mismo, me he sentido atrapado y obligado a permanecer en silencio y calma mientras otra parte de mí tomaba las riendas de mi mente y me obligaba a estudiar y mejorar mi situación universitaria. Pero eso ya no es así, pues la parte que generalmente me domina cuando no estoy de cabeza en un cuaderno o pasando materia en limpio, ha despertado y ha exigido una rendición de cuentas, que podría resumirse en esta noción de alejamiento de las personas, de mí mismo y de ideas comunicacionales más diferentes y muy interesantes, si alguien se diera el lujo o tiempo de considerarlas. Pero dado que no es muy aconsejable estar hablando de eso a estas horas, prefiero dejarlos en feroz suspenso y ver si se me para el moño y escribo lo que sigue de todo esto. Por ahora, me retiro a mis aposentos a dormir, pues mañana tengo clases, quiéralo o no. Ahí se ven y cuídense. –PEACE.

¡Sláinte!

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