“Order without liberty and liberty without order are equally destructive.” (Orden sin libertad y libertad sin orden son igualmente destructivas) - Theodore Roosevelt, 26º Presidente de los Estados Unidos de América.
No sé si soy solo yo, pero ya me tienen con los nervios un poco tomados algunos de estos intentos fallidos de teorizar sobre una posible redefinición del término “libertad” o en su defecto, sobre lo que es ser libre. Por supuesto, si alteramos aquello que da paso a lo que le sigue, es evidente que los seguidores de lo alterado se ven alterados también (léase, liberales y/o libertarios). “Lo particular sigue la suerte de lo general”, o algo así. De todas formas, aquí entrego una serie de definiciones de libertad, a saber aquí (1), aquí (2) y aquí (3). Con esto pretendo crear un debate más fino, de ser posible.
Son textos y escupitajos como éstos dos los que me dicen que efectivamente la sociedad chilena (Y mas precisamente, la juventud) no entiende que es la libertad, para que sirve, de donde viene y como se manifiesta. Las pretensiones sofistas (4) de ambos autores la hacen ver como una condición falsa, creada por factores externos que engañan a sus victimas con ideas que prometen independencia y libre disposición de uno mismo, solo para demostrar que uno nunca es libre porque uno sigue “en este cuerpo” (Entre otras varias frases clichés, cada una más gastada que la anterior cuando no se usan en un ámbito filosófico o al menos, más intelectualmente serio). Probablemente sea mejor abordar cada escrito por separado.
El primero texto, fácilmente el que mas se esfuerza por ser presentado como una declaración inamovible de la Verdad (Ojo que escribí “LA” Verdad, infalible e irrefutable) inicia su vacía perorata con un listado de diversas Libertades (Cuales son A (5), B (6), C (7), D (8), E (9) y F (10)), tan (O más…) importantes para el Hombre y la sociedad como el mismo aire que necesitamos para vivir, solo para terminar con unos forzados “blahs”, como si cada una de las teorías intelectuales anteriores fueran los rezongos de un niño al que se le niega comprarle un juguete en el supermercado, todo para luego proseguir del siguiente modo (Las negritas son mías):
Tú que te crees tan libre, tan independiente, tan desenvuelto y emancipado, que vas de aquí para allá sin preocuparte por nada, exonerado de dar explicaciones, que dices lo que quieres sin tampujos ni filtros, que corres y saltas, y te lanzas y vuelas, y das vueltas y te deslizas, que piensas y escribes lo que te place, que no te amarras ni te comprometes más que contigo mismo, más que con tu anhelada libertad , tu que no te entregas ni te consagras a nadie, precisamente Tú, no eres libre.
Irónicamente, eres el más triste esclavo de ti mismo, de tu pasado, de lo que decidiste como destino, de la soledad. Vives atado a tus miedos, encadenado al recelo y a la desconfianza, pero lo disfrazas, lo ocultas y buscas convencerte de que eso es libertad.
Estás inmovilizado, engrillado al tabaco, a las drogas, al alcohol, al sexo, a los más viles excesos.
Cada vez que logras zafarte de tus ataduras, que por fin eres libre, que empiezas a sentir, a entregar, retornas amedrentado a tu trinchera de la más agobiante miseria, la que tildas con tanto orgullo de independencia.
Me das risa y pena, paradójicamente eres el más desventurado siervo de tu libertad.
Creo que ya es bastante evidente que es lo que realmente causa risa y pena: Esa idea ridícula que tiene la autora sobre la Libertad y el ser liberal o vivir “liberalmente” es francamente insultante a la inteligencia y sensibilidad humana, por no decir muy decidora de la supina falta de conocimiento que la pobre parece padecer casi voluntaria y patológicamente.
Si la autora considera que el vivir libremente exime a la persona de ser responsable, de rendir cuentas ante otros, está muy equivocada. El costo por emplear y gozar nuestra Libertad es el pago intransferible de nuestros errores ante aquellos afectados por ellos, a fin de hacer entender que la Libertad personal termina las veces que el individuo la limita, pero siempre que la Libertad de otro esta en juego. Es simplemente un principio de cortesía y de un mínimo de educación recibida por nuestros padres desde tierna edad, o al menos para los que reciben tal educación. Por tal, nuestra Libertad es un límite a la Libertad de otros (Si alguien opina lo contrario, aquí hay un buen ejemplo de ello (11)).
Con todo y a pesar de la anterior aclaración sobre el liberal como un ser irresponsable e inmaduro, la autora persiste en su porfía sobre lo que implica vivir con plena Libertad para hacer lo que se quiere y permitir que los demás hagan otro tanto (J.S. Mill (12) dijo que la Libertad es “hacer lo que uno quiera”. Simple y elegante). Hablando desde un punto de vista personal y como liberal en ciernes, el valor principal al que consagro mi vida y mi futuro profesional (God willing...) es a la protección de la Libertad en su amplio espectro. Seguidamente, la igualdad de todas las personas que me rodean es un valor igualmente importante, pero menos trascendental que la Libertad que asegura la igualdad que nos permite disfrutar de la Libertad (Dios mío, es un círculo virtuoso. No lo puedo creer, OMG!), pues es importante saber que lo promovido en este blog es altamente contra-mayoritario y “peligroso” para el status quo actual de la sociedad, pero eso es harina de otro costal. Volviendo al punto principal, la autora hace ver esta consagración y admiración por la Libertad y los liberales de la Historia como un vicio, como un ”zeitgeist” (13) de la modernidad contra el conservadurismo colectivista/colectivo, un vicio más al que se suma probablemente la lujuria u otros “vicios” (14) en realidad inocuos. Este punto se resuelve por si solo si se insiste en desafiar y criticar al establishment y la cosmovisión moral tradicional (15), siempre desde el enfoque práctico.
En realidad, lo que la autora ha descrito es a una persona sumamente triste, vacía y llena de problemas que le impiden específicamente hacer aquello que los liberales efectivamente hacen o en el peor caso, proponen a la sociedad como un buen mecanismo pragmático para alcanzar la prosperidad presente y futura. En el mejor de los casos, el texto citado solo podría servir como un diagnostico psicológico o psiquiátrico de alguien en necesidad apremiante de ayuda medica profesional, pues si hay algo que un liberal realmente evita, es complicar las cosas, sino todo lo contrario: Encontrar la solución donde se maximice la felicidad personal de cada persona y que aumenten sus medios de auto-mejora.
La necesidad de complicar y enredar las cosas por naturaleza simples, es un síntoma claro del miedo y rechazo ante lo desconocido y distinto, suceso particularmente presente en sociedades ad extremum pro-grupo y sedentarias culturalmente hablando, donde lo que uno hace y dice debe (So riesgo de penas absurdas e injustas por parte de la Ley y la moral) ajustarse a lo que el resto de las personas hacen y piensan. Como ya se ha dicho abiertamente en esta bitácora y sus escritos, la disidencia, el individualismo y la libertad personal por sobre el grupo son los valores que empíricamente han hecho avanzar a la sociedad, que a su vez solo se ha nutrido de si misma (v.gr., el pueblo, o colectivo) como mano de obra o medio voluntario para la llegada a buen puerto de diversas ideas expuestas por individuos, incluyendo las de aquellos que han postulado principios y cosmovisiones absolutamente colectivistas, o sea, no liberales.
Pero se ha dicho también aquí que la existencia de opciones y alternativas viables para todos son un fin sumamente importante para un trafico de ideas fluido, libre y rápido, lo que se nutre esencialmente de una fuerte Libertad de Prensa (16) a la cabeza de periodistas bien entrenados, hábiles, diligentes, mordaces ante la autoridad y fuertes representantes de la opinión de las personas (No como éstos (17), pero si como éste (18), clara excepción al universo de tímidos entrevistadores nacionales). Para que hablar de la necesidad imperiosa de la Libertad de Pensamiento, Expresión y Culto, todas puestas como objeto de risa o desconsideración y tratadas con desdén en el encabezado de la entrada previamente discutida.
Finalmente y para dedicarme después a la segunda entrada en el estrado, solo puedo decir que a pesar de no estar de acuerdo con la autora en casi nada escrito por ella (Me refiero con esto a todo su blog y no solo a esta entrada particular), defenderé a muerte su derecho y libertad de decir lo que a ella se le ocurra. De lo anterior eso si, se sigue que por la misma razón que ella puede decir lo que quiera, cualquiera tiene el derecho a manifestarse como mejor le parezca respecto a ello, como fue este el caso. ¿Podrá ser que ella le tiene tanto miedo a lo desconocido y distinto que no permite la posibilidad de hacer comentarios en su blog? Quien sabe, pero esperemos no sea ese el caso.
Parte 2: Pronto.
*Bibliografía:
(1 y 4) Gracias a La Real Academia de la Lengua Española por proporcionar la definición citada;
(2) Gracias a Dictionary Dot Com por proporcionar la definicion citada;
(3, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14, 15 y 16) Gracias a Wikipedia porporcionar la informacion citada;
(11) Gracias a Servicios Koinonia por proporcionar el texto contradictor; y
(17 y 18) Gracias a YouTube por proporcionar los videos empleados.
(Imágen) Inatribuible.