Antes de empezar con la segunda parte del discurso, quisiera hacer un par de aclaraciones referentes a algunos alcances recibidos, relativos a la entrada anterior, a saber:
a.) Como ya es frecuente en el mundo de los blogs (Mayoritariamente habitado por jóvenes incautos como yo con un serio problema de comprensión lectora, redacción y otros desordenes propios de un país con una pésima educación y una peor monitorización de la misma…), algunos personajes insinuaron altivamente que yo estaba violando directamente aquello que yo decía defender contra el trozo citado en la entrada anterior. Esto no es así, pues en ningún momento hice mención alguna sobre que no se puede decir lo que se piensa, sino más bien que uno no puede intentar teorizar sobre algo o dar una redefinición de un tema tan delicado como la Libertad sin esperar una respuesta negativa o positiva; y
b.) Sobre lo que es la respuesta negativa o positiva, creo que la aclaración amerita más delicadeza. Si bien elogio y reconozco que la autora expresó su pensamiento y eso es invaluable en una sociedad avanzada, si critico duramente lo que yo creo es miedo o rechazo a oír las opiniones de los demás sobre algo escrito en un blog, al no permitir la posibilidad de comentar sobre lo escrito, a fin de poder discernir si lo que uno dice gusta o desagrada a los lectores. Por tal, recomiendo a la autora habilitar los comentarios de su blog, so riesgo siempre habrá gente que tomará lo que ella escribe y podrá usarlo en su contra. Con todo, ella tampoco parece defenderse demasiado.
Con eso concluido, retomo la labor prometida.
“If liberty means anything at all, it means the right to tell people what they do not want to hear.” (Si la libertad significa algo, entonces significa el derecho de decirle a las personas aquello que no quieren oír) -
George Orwell, autor inglés.
Para iniciar la segunda parte de este ensayo, reitero mi aclaración ya dada varias veces: Nada de malo hay con intentar una nueva teoría sobre algo, sea la Libertad, las Leyes de Termodinámica, la culpabilidad de un ladrón famélico, un nuevo swing de golf, etc. El problema no reside en el intento y en la consecuente formulación, sino en la recepción de críticas a esta nueva teoría, las cuales son inevitables (1) una vez que se publica la idea en un lugar de acceso general, como es en este caso, un blog en Internet.
Con esto no digo que el teórico en ciernes debería sentirse amenazado o amedrentado al entregar al mundo sus ideas. Ya se ha dicho hasta el cansancio en este blog que el individualismo es un modo de expresión infinitamente más cautivante y útil que el colectivismo ciego y paternalista, y que la disidencia, el escepticismo y el no-conformismo a las normas tradicionales son valores altamente recomendables en una sociedad con mayor competencia comercial, cultural y de otras índoles, o sea, de sociedades evolucionadas y (consecuentemente, dígase lo que se diga) liberales.
Pero volviendo a las críticas a las nuevas ideas, estas son ya no solo inevitables, sino imperativamente necesarias a fin de: I.) Crear competencia de ideas, y variedad intelectual: II.) Mantener a raya doctrinas que atentan contra alguna libertad esencial alcanzada por la fuerza y mantenida con ella u otras herramientas, o incluso alcanzadas pacíficamente, en cuyo caso más necesaria se hace esta limitación y “control de calidad”; Y/o III.) Expandir la idea del auto-perfeccionamiento y el esfuerzo individual, así como también asegurar un acceso a la educación y a las fuentes de conocimiento que forman profesionales, técnicos y expertos en todas las áreas humanas. Siempre es vital tener en cuenta que un pueblo ignorante es más fácil de gobernar y que los gobiernos, por supuesto, son contrarios a la Libertad.
Sin embargo, ésta entrada en particular, acompañada y auto-explicada por la imagen de más abajo es ya no solo una burla a la Libertad de naturaleza similar a lo que fue ésta otra entrada, ya revisada y desmenuzada en la entrada anterior de este blog, sino es una especie de Reductio ad absurdum (2) sobre lo que es hacer lo que uno quiere:
“Vaya a trabajar, envíe a tus niños al colegio, siga la moda, actúe normal, camine en la vereda, mire la televisión, ahorre para la pensión, obedezca la ley. Repita después de mi: Soy libre.”
Si lo que dice esa imagen es cierto, efectivamente uno no es “libre”, pues uno “debe” hacer aquello a lo que uno destina la rutina diaria, pero a diferencia de la entrada analizada en la primera parte de este ensayo, la refutación para esta excusa de argumento es mas simple y solo requiere de un mínimo uso y flexibilización de la Navaja de Occam (3), que explica grosso modo que entre dos explicaciones contrarias sobre un mismo fenómeno, la explicación mas simple tiende a ser la mejor.
Por lo tanto, si por un lado tenemos la idea de la Libertad como la salida de la rutina que es altamente posible sea voluntariamente construida, que consiste en enviar a los críos a los colegios a aprender, ir a hacer los tramites de la casa, ir a trabajar para poder proveer a la familia y todos los subprocesos que conectan a estos eventos, y por otro lado, tenemos la idea de Libertad como la posibilidad de elegir que hacer, cuando, como, donde y con quien, según la voluntad personal y con miramientos hacia la mantención de esa Libertad, sea expresada en educar lo más abierta y variadamente posible a los hijos, mantener el control sobre la propiedad privada pagando los servicios que uno voluntariamente decidió comprar, etc etc, creo que la alternativa más simple tanto desde el punto de vista conceptual como empírico es bastante obvia.
Sin embargo, debemos considerar darle licencia artística al filósofo de microbús (4 + 5 = Farsante) que ideo tan majestuosa expresión de pensamiento pseudo-profundo: Si él desea voluntariamente y LIBREMENTE vivir en la calle, porque no desea esclavizarse a una casa o departamento a través del pago de impuestos y de gastos comunes y corrientes en concordancia con el agua, la calefacción, el gas, la electricidad y el teléfono, él está en su más pleno derecho a hacerlo. O bien, si el no desea enviar a sus hijos al colegio o a donde sea que le enseñen artes, ciencias y filosofía porque eso constituye una cesión de Libertad y de control propio, quienes somos nosotros para impedírselo? Muy probablemente él después no querrá ducharse mas, porque considera que el agua lo mantiene encarcelado en la ducha y que bañarse es solo una mentira de la sociedad destinada a lavarle el cerebro, por lo que el no se va a bañar nada mas, nunca y punto (¡Es cierto, las reducciones al absurdo son muy entretenidas y divertidas!).
¡Sláinte!
*Bibliografía:
(1, 2 y 3) Gracias a Wikipedia por proporcionar la información mencionada; y
(4 y 5) Gracias a Inciclopedia por proporcionar las bromas ejemplificadoras.
(Imagen) Inatribuible.